*Nótese el sobrepeso que forzosamente debieron cargar Nacho y su cliente, lo que hizo aún más difícil terminar el recorrido. Podríamos añadir el comentario de que el guía debió emplear dos cajas de Maizena para reparar los daños físicos ocasionados por la prolongada caminata o que su acompañante empleó medio kilo de manteca (vegetal, por cierto) para resarcir los efectos del sol en su tostada giba, pero los pondríamos en evidencia y eso sería de muy mal gusto así que no lo haremos.
**FOTOGRAMA TOMADO Y MANIPULADO SIN PERMISO DEL DOCUMENTAL "MOJADOS:THROUGH THE NIGHT" DE TOMMY DAVIS.
Nacho está nervioso. Cuando le dijeron que iba a llevar a Estados Unidos a los ilegales, el sopenco pensó que se trataba de aquella agrupación que canturreaba "Si la morena pide más, si la morena quiere más" y se emocionó bastante pues, en los años que sonaba la canción; el nalgón era fiel seguidor de todas las modas que dictaba el Festival Acapulco a través de su gurú personal, Raúl Velasco - que para él, para Nacho, sigue vivo en nuestros corazones-. Pero en cuanto se enteró que el trabajo requería enfrentarse a los gringos le vinieron a la mente los resultados recientes en el fútbol y ahí comenzaron sus miedos.
- La de hoy será una misión peligrosa, estresante y violenta. Estamos aquí, a un kilómetro del río Bravo, esperando a mi cliente. El debe llegar los más pronto posible a los Estados Unidos, pues ya consiguió chamba y lo están esperando. Me dicen que primero debo hacer un trato con él, así que me convertiré en tratante de blancos-
El camarógrafo le hace ver a Nacho sus errores: que el término usual es tratante de blancas y que Nacho no se convertirá en eso, sino en pollero o contrabandista humano, que es un término elegante para una labor muy baja.
- Tratante de blancos, porque mi cliente es...-
Detrás de los arbustos se escuchan ramas crujiendo al paso del cliente, que al sentir como un trébol -de 3 hojas, no tiene tanta suerte- roza su pantorrilla se deja caer al suelo actuando una expresión de dolor incontenible y ladrando unos sonidos difíciles de descrifrar
- ¡Sácale la @*#&$ tarjeta, cab@#%! ¡Hijo de su pin$#%*dre! !Tssssss-aaa!¡Tssssss-aaa!-
La cámara busca el rostro de Nacho que comenta
- Tratante de blancos, porque mi cliente es... Cuauhtémoc Blanco-
-¡Tsssss-aaaagüevo!-
El aludido y hace su faramalla habitual de imitar a la estatua del Cuauhtémoc que sí cae bien por machín.
Acostumbrado a asaltar frigobares y/o gorrear desayunos de los compañeros, Nacho no desayunó en casa. Sin embargo, el retorcido colmillo y el abandonado bolsillo le dictaron que solicitara al cliente llevar algo para el "lunch". Así es. Todavía no cruza la frontera y el del exagerado nalgámen ya utiliza palabras gringas. El detalle está en que las pronuncia igual que se escriben, pero, en fin, nadie es perfecto. Corrección: Nacho sí es perfecto. Un perfecto estúpido.
- Son las 6 de la mañana, la hora perfecta para cruzar el río y burlar a los gringos. Pero no debemos negar nuestras raíces, por eso le voy a indicar a mi cliente bi
Nacho quiso decir V.I.P., pero se le olvidó el "ai pí"que debemos almorzar antes de continuar con la aventura-.
- Chales, nalgón. 'taba viendo cómo le vamos a hacer orita que brinquemos el charco pa' comunicarnossss-
- Ah, caray. ¿Por qué dices eso?-
- Posss... es que cruzando el río vamos a estar en Gringolandia, ¿no?. Y ni tú ni yo hablamos inglés...¿cómo le vamos a'ser pa' platicar, ca$^%?-
Nacho, resignado, acepta que en ésta ocasión lo han superado, así que cambia el tema por uno que le conviene más: el almuerzo
- Ah, que mi Cuau.... oyess ¿trajistes los tacos?-
Sí, eso también se contagia
- Tsssss, ¿qué pasó, mi valedorrr? Clarinetes que los traje. Y no es por nada pero te van a gustar un chorro-
- Oraless. ¿Y dónde están?-
- Aquí los traigo en la mochila-.
- Sí, sí. ¿Pero en cuál mochila?-
- Ah, te quieres llevar ca$^%-
- No, no. Por eso digo, que roles los tacos-
- Ira: traje tacos pa' los dos. Los tacos y un balón. Ponte de portero y yo te cañoneo-.
- Ah, que pen@^%#. Al menos de sed no se va a morir. Dicen que los camellos aguantan hasta siete días sin tomar agua-.
Nacho y su cliente cruzan lentamente el río. Llevan sobre sus cabezas la ropa - y los tacos y el balón- y procuran hablar en voz baja.
- Ahora estamos justo en la mitad del Bravo, el punto medio entre nuestro México y los Estados Unidos. Sabíamos que el recorrido era peligroso, pero no contábamos con enfrentarnos a olores nauseabundos como los que lidiamos en este momento. ¿Soportas el olor, Cuauhtémoc?-
- Chaless, no me digas que ya te aventastes un soplado, ca^%&-
- No, no. El olor tan desagradable que hay en ésta área-
- Tsss, pos' el soplado te lo has diaber' echado por el aria chica, cu^&*$-
- ¡Que no! Es un olor fétido... huele como a.... ¡Cuauhtémoc! Son tus sobacos, ca ^@#. ¿No te bañaste?-
- Sí, pero no me tallo los sobacos desde que me cortó la Galilea. Ahí se quedó guardado el aroma de su cabello cuando la abrazaba-
- ¿Tan gacho huele Galilea?-
- Ira, mejor vamos a hacer algo: vamos a bajarlos brazos al cabo que el río ni agua lleva, ni modo que se moje la ropa-
- Me parece una excelente idea-
Al fondo se escucha al camarógrafo rumorar un vocablo de pésimo gusto.
Nacho está parado frente al ventanal de una panadería. Su cliente ya no le acompaña
- La cosa se puso difícil. Apenas cruzamos el río y que se oye la patrulla fronteriza. El Cuauhtémoc entendió que era el vampiro fronterizo y que le corre. Pero que lo alcanzan los minute maid
obviamente nuestro amigo de glúteos hiperinflados se refiere a los Minute Man
y que le apuntan con los rifles. Nomás volteaba a verme por encima de la jorobota y yo le gritaba desde este lado del río "diles a dónde vas, diles a dónde vas". Y yo pensé que el pen^$% les iba a decir "Chicago, Chicago", pero no. El baboso se puso a decirles "fayer, fayer" y que le empiezan a disparar. Espero que se les haya escapado. Lo que es seguro es que no vuelvo a aceptar un trabajo ilegal. O a lo mejor sí, pero con la condición de que no me toque Cuauhtémoc de compañero. Nos vemos en el próximo episodio-.
** Por supuesto, el objetivo del post es tratar con humor -pésimo, hay que reconocerlo- el tema de los inmigrantes mexicanos que se ven obligados por las circunstancias económico-sociales a buscar un mejor futuro en un país extraño. No hay, en ningún momento, la intención de burlarse de quienes han dejado la vida y los sueños de este lado del río Bravo. Tampoco es un reconocimiento, porque no sería yo el indicado para hacerlo ni para juzgar si lo que hacen es moralmente correcto o no. Como Michael Jackson, me gusta aclarar las cosas y lo hago antes de que se malinterprete el contenido del escrito. Cualquier comentario es bienvenido.